Decálogo del pensador estratégico y sus procesos mentales

1.- El pensador estratégico al igual que la Estrategia, solo reconoce dos parámetros de evaluación para su desempeño. Victoria o derrota.

2.- Tiene una mente flexible para poder alcanzar sus propósitos. Para la flexibilidad mental existe una solución posible para cada circunstancia probable. En realidad existen muchas soluciones posibles para una circunstancia probable.

3.- El pensador estratégico no trabaja buscando soluciones, trabaja clasificando opciones.

4.- No opera con la lógica del “plan B”. Trabaja con muchos “plan A”.

5.- El pensador estratégico es un artista en la práctica de lo sutil, de lo “no evidente”. Nada comparte con la imposición o ejercicio descontrolado de fuerza. Por esto aplica siempre empatía y negocia todo aspecto involucrado en su relación con los demás.

6.- Se enfoca en el gobierno del Negocio. Y dado que éste último se perfecciona por medio de las ventas, reconoce que la Estrategia es primero, después y siempre, Estrategia de Ventas.

7.- Para el pensador estratégico los factores emocionales no pueden constituir fundamento de decisiones o acciones. Lo emocional debe ser, como mucho, el vapor que active y alimente el sistema racional del que emergen los condicionamientos de la acción.

8.- Responde siempre y no reacciona nunca en el relacionamiento con otras personas.

9.- Gana siempre en una interacción. Si no gana el argumento o la posición, entonces gana tiempo.

10.- El pensador estratégico sabe que quién no tiene dominio de sí mismo, en esencia no domina nada.

(Conceptos extraídos del libro “El Pingüino Amarillo: el pensador estratégico y sus procesos mentales“)

Reflexión:

Si cabe desarrollar un perfil del pensador estratégico, el mismo no podría ser muy diferente al que sigue:

  1. Debe ser un hombre que asuma liderazgo, más allá de la representación formal que tenga su autoridad.
  2. Un hombre que tenga aguda visión del Negocio.
  3. Flexible, primero, después y siempre.
  4. El pensador estratégico debe ser un hombre que tome la iniciativa.
  5. Que asuma riesgos.
  6. Coherente, entre su razón y su praxis, entre lo que postula y ejecuta, entre lo que profesa y hace; entre el hombre y el profesional.
  7. Consistente, distanciado de vacilaciones y dudas. Firme, duro para llevar adelante sus convicciones. Seguro de su capacidad y su causa.
  8. El pensador estratégico debe ser paciente y perseverante, no otorgar tregua ni pausa al cumplimiento de la tarea; el tiempo hace lo demás.

Twitter: @NavaCondarco

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