¿Es el Emprendedor un buen gerente?

El Emprendedor no es necesariamente un buen gerente, y no tiene porqué serlo.

De la misma forma que no es cierto que todo buen gerente pueda ser un Emprendedor, tampoco lo es que todo Emprendedor sea, necesariamente, un buen gerente. El detalle radica en que el Emprendedor esté más consciente de ésta debilidad que el gerente de la suya.

Finalmente si un gerente no tiene la “materia prima” para ser un Emprendedor no sucede nada trascendental. Pero si un Emprendedor asume tareas de gestión sin ser un buen gerente, el emprendimiento se pone en riesgo. Mucho más si se encuentra en una etapa temprana de su vida.

Hay bastantes emprendedores que superan desafíos y obstáculos en el proceso de hacer realidad una visión, y fallan cándidamente el momento de entender la diferencia entre gestar un emprendimiento y administrarlo cuando ya tiene vida propia.

De esta forma consiguen que el “viaje” emprendido fracase justamente cuando está llegando a destino.

El Emprendedor tiene una relación con su emprendimiento similar a la de una madre con su criatura. Lo gesta, cuida y soporta por largo tiempo, entre dificultades que pocos pueden comprender. Y cuando la “criatura” tiene vida propia igualmente piensa que no existe nadie más indicado para tomar las riendas de su futuro. Sin embargo en esto se cumple lo mismo que con un hijo que tiene destino independiente.

El Negocio no puede ser entendido como una “extensión” del Emprendedor.

Porque desde el momento que tiene existencia propia ya no se debe solo a él, también se obliga con las personas a las que sirve y de las que se sirve. Se debe a su futuro mucho más que a su historia. Tiene un compromiso insoslayable con su destino.

Ése futuro se alcanza con buena gestión, y de ello saben más quienes se han capacitado para el efecto. Tener la “visión” de un camino nunca es lo mismo que transitar por él. Los desafíos son diferentes.

La mayoría de los emprendedores se desenvuelven en el aire ralo y limpio de las “alturas” que cobijan sueños y visiones, mientras que el camino que finalmente transita el Negocio no está exento de polvo y drama. Aquello que el Emprendedor clasifica como tedioso, el gerente puede entenderlo como rutina saludable. Y lo que el Emprendedor considere un cabo que ancla, el gerente puede tenerlo como un cable a tierra.

Esta indispensable “simbiosis” entre Emprendedor y gerente debe ser establecida por el primero.

En él recae la responsabilidad. Es el Emprendedor quién está obligado a dar los primeros pasos y ser inteligente en el establecimiento apropiado y oportuno de la gestión profesional. ¡Cuánto antes mejor!

Aún en caso que el Emprendedor tenga importantes destrezas de gestión, la decisión de formar la gerencia y pasar posta es imperativa.

Ninguna habilidad de gestión supera aquellas que permiten darle vida a un Negocio. Por esto es importante que incluso aquel Emprendedor que se considere “buen gerente” no ejerza la tarea por mucho tiempo, y entregue las riendas a un equipo profesional.

No existe Emprendedor de valía que no respete el imperativo de propiciar la gestión profesional independiente a los esfuerzos de concepción. La falta en esto es causa de fracaso en los emprendimientos.

Son muchos más los negocios que perecen por falta de buena administración que aquellos que nunca ven la luz. Son más los negocios que “nacen y mueren pronto” que aquellos que nunca llegan a tener vida.

De esta relación entre Emprendedor y gerente, surgen también otras “sutiles disfunciones”:

  • La del Emprendedor que se convierte en “sirviente” de su propio Negocio.
  • Empresas estrictamente familiares que tienen dificultades para evolucionar
  • Emprendimientos que se limitan a gestar un “autoempleo”.

Todas estas son “disfunciones” del acto de emprender (por mucho que no lo parezcan), y deben ser evitadas.

La única relación “sana y enriquecedora” del Emprendedor con el Negocio que ha formado, es el vínculo patrimonial. Por medio de éste sostiene una poderosa relación y entrega genuino valor a la sociedad de la que forma parte, al mismo tiempo que se beneficia del fruto de su visión, habilidad y entereza.

Es absurdo considerarse un Emprendedor siendo en los hechos solo un empleado del Negocio propio.

Un empleado sometido, además, a niveles elevadísimos de explotación. Porque no existe jefe más exigente e impiadoso que uno consigo mismo.

También es una equivocación considerar el emprendimiento un fundo familiar y manejarlo como una extensión del hogar, que de hecho es algo completamente distinto. Suponer que “nadie” podrá velar por los intereses del Negocio como uno mismo, es una “miopía empresarial”. Del mismo tipo que aquella que impide a un padre ver los defectos en un hijo.

Por último, transitar el complejo y delicado entramado del viaje empresarial con el único propósito de “ganar” un empleo es una incoherencia mayor. Una parecida a tener un león en casa para ahuyentar roedores.

El Emprendedor es importante y valioso para el progreso de los pueblos precisamente porque fundamenta su existencia en la capacidad de trascender limitaciones e imposibilidades. Porque tiene la habilidad de construir allá donde nada existe, y acercar a lo palpable un horizonte lejano. En estos principios de acción echa raíz el entendimiento de valerse de los mejores recursos que el camino pueda ofrecer, y uno de ellos es la gerencia profesional.

Alguien dijo (aparentemente un general del ejército americano): “no hago nada que alguien pueda hacer por mí”. En esta afirmación, profunda como pocas, se establece la distinción. La valía incomparable y el aporte calificado de cada hombre a la realidad que lo rodea. Acá se fundamenta el sentido de la división del trabajo. De la eficiencia y capacidad del hombre para organizarse y controlar su destino.

Esa premisa cobija al Emprendedor. Su capacidad de hacer algo que nadie puede hacer por él, darle forma a una visión que cambiará la vida de muchas personas y enriquecerá el mundo.

Ésa es su tarea, no la de convertirse en un gerente por el simple hecho de seguir los cauces que adopta el poder.

Twitter: @NavaCondarco

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