5 aptitudes del STRATEGOS en la lid competitiva

En tanto que las habilidades pueden ser desarrolladas con la práctica continua y la experiencia, las aptitudes alcanzan calidad de acuerdo a las disposiciones de cada persona. El STRATEGOS o Profesional de la Estrategia, precisa algunas de ellas para el mejor desenvolvimiento de la dinámica estratégica en las luchas del mercado.

Extracto del libro: “El STRATEGOS y 23 Principios Estratégicos para la lucha en el mercado

Las siguientes aptitudes son fundamentales para el ejercicio estratégico:

  1. Control de emociones
  2. Memoria
  3. Empatía
  4. Negociación
  5. Decisión

Aunque existe cierta controversia, no hay justificativos importantes para suponer que las aptitudes no puedan cultivarse y desarrollarse. Al menos al punto que sean coherentes con las funciones que se deben practicar.

1.- Aptitud de control sobre sí mismo que garantice control personal de las situaciones y de los oponentes (control de emociones).-

El “dominio propio” es un estado indispensable para el ejercicio estratégico. El control de emociones es un mecanismo de equilibrio vital en el conflicto, pues éste viene revestido de mucha intensidad.

Si el STRATEGOS no tiene capacidad de controlarse a sí mismo, no tiene capacidad de controlar el conflicto. Y nada más tiene por hacer en la lógica estratégica. En ésta dinámica, la razón debe imponer argumentos sobre las emociones. Sin ello no existe posibilidad de victoria.

En el juego estratégico la convocatoria se establece para la razón precisamente porque está plagado de emotividad.

La razón viene acompañada con grandes dosis de lógica, sentido común, conveniencia y convicción. Todo ello se antepone a la emoción en forma de un pensamiento claro y argumentos.

El pensamiento es producto de la razón. Involucra intencionalidad y tiene como objetivo la acción. Y los argumentos son razonamientos elaborados reflexivamente. Para el control de sus emociones el STRATEGOS debe poseer un pensamiento claro respecto a sus objetivos y argumentos sólidos que lo respalden.

Debe estar convencido que nada puede interponerse entre él y sus objetivos. Eso repiten sus pensamientos. Eso exigen los argumentos.

El deseo mismo de hacer prevalecer éste pensamiento se convierte en una emoción que sostiene el proceso. Construyendo con ello un cauce beneficioso para el desenvolvimiento de la energía.

Esto es control de emociones: sentirlas ardientemente, allí en lo profundo de lo que uno es. Tener la capacidad de mantenerse impasible ante los demás a pesar que las emociones quemen, y el momento de actuar olvidar todo, menos el pensamiento claro y el argumento que conduce a los resultados.

Anteponer pensamientos claros a la emoción cuando se trata de afanes estratégicos, requiere mucha voluntad y disciplina.

2.-Memoria.-

La mejor forma de comprender la importancia de ésta aptitud es remitirse a la naturaleza de los Principios Estratégicos. Ellos constituyen la memoria colectiva de miles de conflictos, estrategias invertidas en resolverlos y STRATEGOS involucrados.

La memoria acumula experiencias y la razón las discrimina, interpreta y alista para la próxima acción. La memoria guarda detalles valiosos de la experiencia.

El dicho afirma que “el diablo está en los detalles”, y pocas afirmaciones son más válidas.

Los detalles pueden afectar profundamente las prácticas estratégicas. De la misma forma que lo pueden hacer con el amor, la lealtad o las buenas intenciones. Los detalles se encuentran detrás de cada éxito o fracaso en los grandes emprendimientos.

Existen muchos recursos para manejar los detalles en un proceso formal de gobierno. Pero pocos sirven para registrar “experiencias”. En ello reina la memoria.

La sabiduría estratégica es producto de experiencias pasadas, por esto la memoria constituye elemento de gran valor para el STRATEGOS.

La memoria debe estar enfocada en los detalles. Del resto cuida todo el mundo. Los detalles no se registran, ¡es imposible hacerlo!

La memoria ejerce propiedad donde nada ni nadie más puede hacerlo. Las experiencias estratégicas, positivas y negativas, deben recordarse en sus detalles, razones, relaciones causa-efecto, en las acciones tácticas emprendidas y las características del contexto.

Y deben también ser contextualizadas en el tiempo, responder a las particularidades del momento y el lugar de los hechos.

Si estos elementos se preservan en la memoria del STRATEGOS, el planteamiento estratégico queda revestido de riqueza, poder y efectividad. Porque todo recuerdo de experiencias anteriores permite evitar errores, disminuir costos y tiempo.

3.- Empatía.-

La empatía es ése esfuerzo por identificarse con el sentir de otros.

En tanto que al STRATEGOS se le demanda capacidad de controlar sus emociones, se le pide simultáneamente ser un “receptor” idóneo del sentir de los demás.

El STRATEGOS es un catalizador del sentir de las personas que trabajan en el desarrollo de la Estrategia. Y para cumplir apropiadamente con esta función debe ser capaz de identificar lo que sienten los demás.

Si no puede “sintonizar” apropiadamente con el sentir de los demás, está incapacitado de aprovechar las energías que emergen de la Organización. De hecho se convierte en un receptor “tonto”, uno que no puede “emitir” nada.

El camino aquí es de doble vía: si no hay empatía no hay aprovechamiento de energía. Y esto coloca en riesgo la efectividad de la Estrategia.

Identificarse con el sentir de los demás es, por otra parte, el punto de inicio para cambiar las cosas si fuera necesario. La empatía no persigue preservar estados que no conduzcan a beneficio.

A veces el STRATEGOS y otras personas que ejercen funciones de dirección olvidan el costo que acompaña los procesos de cambio o solución de problemas. Estos demandan recursos y tiempo. Tienen prolongados efectos, causan distanciamientos, divisiones. Y ésos costos se asumen casi inconcientemente.

Todos los costos, el tiempo y los efectos traumáticos del cambio y la solución de problemas, se reducen con un líder que tenga empatía.

Por otra parte, la propia jerarquía del liderazgo aumenta a medida que el STRATEGOS alcanza grados mayores de empatía. El valor del líder aumenta cuando reconoce las situaciones, dificultades y desafíos de los demás. Este es el poder de la premisa de sembrar y cosechar, de dar para obtener.

Cuando el líder reconoce, recibe reconocimiento. Si se identifica recibe identificación. Cuando se esfuerza por los demás, recibe esfuerzo de los demás. Si apoya, recibe apoyo.

Y en el proceso quien más gana es el propio STRATEGOS.

4.- Negociación.-

Desde el momento que el STRATEGOS toma control sobre algo que permitirá alcanzar los objetivos, se sujeta a fuerzas que privan de tiempo, recursos, energía, enfoque.

Todo plan y acción están sometidos a fuerzas reactivas que aplican “freno”, que generan oposición.

El STRATEGOS debe recurrir a todo elemento disponible para evitar que las fuerzas reactivas impidan el cumplimiento de sus propósitos y limiten sus acción. Estas fuerzas llegarán de todas partes, no solo del conflicto.

Como quien es dueño de mucho, el STRATEGOS deberá asumir la necesidad de “dar y tomar” lo que le sea necesario para cumplir la tarea.

Por un lado no puede asumir que se le otorgará todo. Y por otro no debe ceder más de lo que indique la conveniencia. Esta realidad conduce directamente a la negociación como acto de gobierno.

Negociación es: “conceder con el propósito de llegar a un acuerdo mutuo”. El hecho de conceder representa resignar derecho o tuición sobre alguna posesión en particular, bien sea de naturaleza física o ideológica.

Poca duda debe quedar en el STRATEGOS el momento de entender lo que significa “resignar”. Porque tiene un carácter imperativo en los márgenes de la negociación. Si no se resigna, es decir si no se concede, no se llega a un acuerdo de beneficio común. Y en tanto ése acuerdo no exista, tampoco puede esperarse la mejor resolución de las cosas.

Otra definición de negociación aporta mucho con la idea:

“Proceso en el que se gana, cuando ambas partes pierden”. O entiéndase de esta forma: proceso en el que nadie pierde cuando ambas partes ganan.

Por un lado u otro existe la concesión. El acto de ceder. Bien sea que en la pérdida se encuentre ganancia o se evite la perdida ajena y se consiga un acuerdo ganador.

En realidad el único que pierde todo es quién no negocia nada.

Probablemente la definición más interesante de negociación sea la siguiente:

“Medio por el cual uno llega tan cerca cómo es posible de una meta requerida. Usando cualesquier estrategias, tácticas, técnicas y argumentos que estén dentro de los límites de lo correcto, de la ética corriente y de la ley”.

La afirmación de “lo más cerca posible de la meta requerida” es una alusión a la concesión necesaria para que la negociación se perfeccione. Y de hecho a la existencia natural de las fuerzas reactivas. Se asume la probabilidad de no alcanzar, por medio de la negociación, todo lo que uno quisiera. Pero se exige que ésa brecha sea lo más estrecha posible.

Una definición final y de uso muy corriente puede también resultar ilustrativa:

“Todo en la vida se negocia”.

Por algo el término negociar se acerca tanto al de Negocio. Porque si éste último sostiene que en la vida todo se vende, el otro afirma convincentemente que todo se negocia.

El STRATEGOS negocia con el Soberano, con sus pares, subordinados, proveedores, clientes, y puede llegar a negociar con sus adversarios. Todo lo que estas relaciones involucran está sujeto a negociación.

Así se abre un mundo de oportunidades. Y tener la aptitud para aprovecharlas es indispensable.

5.- Decisión.-

Es necesario que el STRATEGOS sea una persona resuelta y decidida.

Las vacilaciones en el universo estratégico tienen costo muy alto. Son las ventajas competitivas más importantes que se pueden otorgar u obtener del oponente.

Las vacilaciones y dudas representan tiempo valioso en el esfuerzo propio. Y tiempo aún más precioso en manos del competidor.

Cuando se pide que el STRATEGOS sea una persona decidida, se le exige que extreme recursos en los procesos de análisis y reflexión, de forma que cuando llegue el momento de actuar las dudas hayan quedado atrás.

Cuando todas las consideraciones previas han sido llevadas a efecto de manera apropiada, la resolución y el carácter para tomar decisiones constituye una cuestión de aptitud del STRATEGOS.

Cuesta tomar decisiones con seguridad y confianza.

Cuando se hace referencia a un hombre decidido se le pide capacidad para afrontar el riesgo de manera sensata. Por un lado capacidad de afrontarlo sin temor, pero con prudencia y sensatez. El equilibrio es indispensable.

El riesgo está compuesto por contingencias que puedan emerger fuera de lo previsto y planificado. Y su probabilidad de ocurrencia genera inseguridad el momento de tomar decisiones.

La resolución y decisión firme constituyen la manera adecuada de enfrentar las contingencias. Éstas pueden asfixiar a un hombre poco decidido, en tanto que a uno que no lo es, solamente lo califican y perfeccionan en su tarea.

Nunca debe olvidarse que sin riesgo, tampoco hay victoria. Es necesario asumir riesgos en el camino al éxito, y ello está explicado por la necesidad de tomar decisiones. Debe interpretarse el riesgo como una oportunidad, dado que él mismo trae aparejada la victoria.

Por otra parte, riesgos enfrentan todos. Nadie está exento de asumirlos. Y mucho menos el competidor.

Aquí existe igualdad de condiciones. Y la capacidad de tomar decisiones firmes establece la diferencia.

Extracto del libro: “El STRATEGOS y 23 Principios Estratégicos para la lucha en el mercado

Twitter: @NavaCondarco

Suscríbete a mi Boletín y recibe las próximas Publicaciones en tu correo

Recibe el mejor Contenido directamente en tu Correo:

Loading
Compartir